top of page

STATEMENT

0_edited.jpg

En mi obra me interesa cuestionar la condición humana y su consigna favorecedora de lo aparente, la eterna juventud, lo perfecto, el estatus y la belleza. Sé que lo imperfecto puede incomodar y en el dibujo utilizo la distorsión para crear imágenes  inquietantes, críticas.

 

Para mí, no hay pudor o recato en el dibujo. Huyo del retrato tradicional,  alejándome de posturas favorecedoras y filtros embellecedores.  Con mis piezas busco generar un gesto, un guiño, un coqueteo con la travesura; disfruto del humor y me parece curiosa la actitud de las personas al ver un autorretrato mío poco adulador y preguntan “¿Por qué te hiciste tan fea?”. Creo que las apariencias son una puesta en escena y a veces cuesta trabajo identificar lo real de lo irreal. De alguna forma mi trabajo cuestiona estas actitudes, las exhibe.

 

Las taxidermias como los figurines de porcelana del siglo XVIII,rococos, que portan cierta belleza y al mismo tiempo generan repulsión, me han servido -por ejemplo en la serie cotton candy, 2019 - para reflexionar sobre las cosas que parecen vivas pero no lo están. Son entes que congelados en el tiempo en  el momento de mayor belleza y esplendor de su existencia, en su mejor pose, permanecen estériles y sin vida. Ésto me lleva a una reflexión: Si lo bello es estático; se podría pensar que  lo imperfecto aloja la libertad; porque es cambiante, permisivo y no se rige por reglas.

 

Me gusta pensar en mi trabajo como un bálsamo que contrarresta el efecto de la cultura “influencer” en la cual estamos sumergidos. De alguna forma mi trabajo se rebela contra esas imposiciones, contra esas expectativas que causan tanta presión banalizándolo todo.

bottom of page